RADICALISMO DE PIE, EL RADICALISMO VUELVE A LAS BASES...

miércoles, 4 de septiembre de 2013

UCR Comité Nacional sobre la Crisis Energética



PARA RECUPERAR LA SOBERANIA ENERGETICA

1. LA CRISIS ENERGETICA
El sector energético de la Argentina presenta graves problemas y evolucionará desfavorablemente en los próximos años si no se toman medidas rápidas, severas y estructurales. Los rasgos principales de la crisis son los siguientes:
Disminuyó la exploración de gas y petróleo.
La insuficiente exploración para descubrir nuevos yacimientos es la causa
principal de la caída de reservas de gas y petróleo y de la disminución de
la producción de hidrocarburos, en un contexto regional donde la
mayoría de los países latinoamericanos las aumenta. La inversión total
en exploración en los últimos 8 años es sólo el 50 % de la que hacía la
YPF estatal en la década del 80.
Perdimos el autoabastecimiento energético.
Argentina perdió el autoabastecimiento energético que exhibía desde
1989 y que logró mantener por más de 20 años y
se convirtió en un país importador neto y por lo tanto dependiente.
Como la demanda energética crece en todos los rubros -naftas 11,4 %; gas oil (excluyendo usinas) 3,4%; Propano y Butano 4,1%; gas natural 4,9 %; energía
eléctrica 5,4 %- y no puede ser satisfecha con una oferta de
hidrocarburos en declinación permanente, el resultado es un país volcado
en forma neta a la importación energética en todos los rubros pero
principalmente en: gas natural y en combustibles como el Fuel Oil y el
Gas Oil.
Aumentaron los subsidios a precios y tarifas
La dependencia de las importaciones tiene su correlato en subsidios más
onerosos para sostener precios y tarifas que no recuperan costos. Los
subsidios energéticos en 2010 treparon a 26.000 millones de pesos.
Se intervinieron y distorsionaron los precios internos de toda la cadena
de valor energética”, “Como consecuencia, frente a las necesidades de
crecientes importaciones, se da la paradójica situación que el gas
importado de Bolivia o por barco (GNL) se paga entre 4 y 6 veces más
que el que se produce en las cuencas argentinas”. “Esto se traduce en
una absurda política de promoción de importaciones o “compre
extranjero” a contrapelo de las restricciones que vuelve a presentar la
balanza de pagos del país”.
Tener en cuenta además que los subsidios al transporte también son de
raíz energética.
La inversión privada es insuficiente y la pública incorrecta.
La insuficiente inversión privada forzó la intervención del estado, que
también fue insuficiente, mal planificada, discrecional y con altos
sobrecostos. Además el gobierno somete a los actores privados del
mercado a una paradoja paralizante: conserva el orden existente de los
90, pero simultáneamente no cumple ni modifica las reglas de juego.
Las leyes que regulan el sector no se cumplen.
La normativa vigente no se cumple y existe una inexplicable (y negativa)
prórroga de 10 años de la Ley de Emergencia Pública sancionada en
2002. En ese contexto no existe confianza generalizada en la legislación
ni en los derechos y obligaciones que emanan de las mismas.
Resultado paradójico y contradictorio de un modelo que impone solo las
consecuencias indeseables del libre mercado, sin ninguna de sus
ventajas.
No existe un control adecuado.
Las instituciones destinadas a regular y establecer la política energética
sufren un notable desprestigio y se encuentran vaciadas: el criterio de
los funcionarios está regido por el temor y el silencio total. Las
instituciones regulatorias creadas por ley (ENRE y ENARGAS) continúan
después de 8 años intervenidas y son altamente dependientes del poder
político.
2. LA RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO ACTUAL
Ante los extraordinarios desajustes en el funcionamiento del sistema
energético, por primera vez el gobierno nacional “blanquea” la crisis; lo hace en una forma incompleta e incoherente, y sobre todo tratando de transferir
culpas; sin embargo  después de ocho años de gobierno las
responsabilidades de la actual administración son intransferibles.
Por ley el Estado nacional tiene la función de fijar la política nacional de
hidrocarburos y no lo hizo; debió haber diseñado y puesto en marcha planes estratégicos; y debió haber anticipado y transparentado esta situación
informando adecuadamente a la ciudadanía.
Muy particularmente el Gobierno nacional ante la caída de las reservas y de la inversión exploratoria, debió haber lanzado una política exploratoria activa
para incorporar nuevos yacimientos y tampoco lo hizo. La última y muy exitosa que Argentina tuvo se llamó Plan Houston y fue del gobierno de Raúl Alfonsín.
No se saldrá de esta situación comprometida si no se realiza un cambio de
política, un cambio de organización del sector, y – sobre todo- si no se
sanciona un nuevo marco legal. La salida debe ser consensuada como política de estado.  Para iniciar ese proceso de cambio es necesario que se admita la responsabilidad de comando en el fracaso.
El equipo energético debe dar un paso al costado y permitir la implementación de una nueva política que revierta en un plazo mediato esta penosa situación.
3. AUDITORIA DE AREAS PETROLERAS CONCESIONADAS Y DE
PERMISOS DE EXPLORACION
Se debe impulsar una
Auditoria Integral e independiente de Concesiones
de Explotación y Permisos de Exploración,
en todas y cada una de las
áreas dadas en concesión o permiso de exploración desde 1992.
Las auditorías deberán verificar la legalidad y cumplimiento de Obligaciones
por parte de concesionarios y permisionarios. Además, deberán incluir los
contratos prorrogados. Los resultados de las Auditorías deben ser públicos.
Estas auditorías también incluirán la
certificación de las reservas que Argentina posee en sus diversas categorías en todo el territorio nacional.
4. PLAN PARA RECUPERAR LA SOBERANIA ENERGETICA
El plan de la UCR para enfrentar y resolver definitivamente la crisis energética, se basa en el establecimiento de un nuevo orden legal sectorial y de una nueva organización que permita al estado nacional, en armonía con las provincias, recuperar el poder de decisión y la soberanía sobre el manejo de nuestros recursos energéticos en beneficio de todos los habitantes de la nación.

El mismo se integra en los siguientes puntos:

A partir de las auditorías y al conjunto de áreas revertidas al estado nacional y
provincial por incumplimientos, se configurará un nuevo mapa hidrocarburífero
para Argentina. La gestión de las áreas de este nuevo mapa, contemplando los
supremos intereses estratégicos nacionales, y de acuerdo a lo que disponga la
nueva legislación podrá contemplar tanto nacionalizaciones o estatizaciones
parciales, como así también el llamado a nuevas licitaciones públicas con las
áreas revertidas al estado por incumplimiento por parte de las empresas
petroleras.
El estado nacional garantizará dentro de la política nacional de hidrocarburos
en todo momento una adecuada captación de la renta petrolera y el
equilibrado usufructo de la misma por parte de todos los habitantes de la
nación
Crear una Agencia Federal Energética (AFE)
que atienda las políticas de
Petróleo, Gas y Biocombustibles Nacionales; fiscalice la actividad de los
permisionarios y concesionarios; realice licitaciones de áreas de
exploración; controle y transparente el funcionamiento de los mercados de
hidrocarburos para evitar conductas monopólicas.
Presentar al Congreso de la Nación de una nueva Ley de
Hidrocarburos
que reemplace a la ley 17319 y a la ley Corta nº 26197.
Impulsar una Auditoria integral e independiente para el proceso de
importación de combustibles
, particularmente gas natural licuado (GNL),
Gas Oil, y Fuel Oil. Se evaluarán las operaciones en conveniencia; legalidad;
transparencia y precio competitivo. Los resultados de las Auditorías serán
públicos.
Exigir que se reviertan la áreas a sus concedentes
a aquellos concesionarios de explotación o permisionarios de exploración que no
hayan cumplido con sus compromisos, conforme a las pautas que
establece la legislación hoy vigente.
En función del resultado de las auditorías y del plan energético nacional,
evaluar
la nacionalización de YPF o la creación de una nueva
empresa.
Creación del Mercado Unico de Combustible,
el M.U.C estará integrado
por el Estado y los operadores (productores, refinadores y
comercializadores). Los objetivos centrales son: garantizar el volumen para
todas las estaciones de servicio (blancas y de marca), eliminando los cupos
y establecer un precio único para todo el país. 



 

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