¿PARA QUÉ MILITAMOS?
Hoy
20/10/2012 en Lomas de Zamora nos encontramos jóvenes de toda la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, de sectores internos de todas las ramas. Buscamos regenerar nuestra raíz para que
el trabajo que se disemina hoy en ramas empiece a generar sus frutos.
En
los últimos días vivimos muchos vaivenes y rumores en los pasillos de nuestros
comités, por una posible alianza electoral con el sector que hoy representa en
nuestra sociedad a los sectores más conservadores y retrógrados, el PRO y el peronismo
“disidente” o “federal”.
No
debería de asombrarnos, pues participamos de una alianza similar en la última
elección presidencial en la
Provincia de Buenos Aires con De Narvaez, que por sus
características tuvo repercusiones en todo el país; una coalición con aquel
sector tomada por nuestros representantes no sería, por ello, una sorpresa.
Sería
interesante pensar, entonces, cómo podríamos llegar nosotros, jóvenes radicales
por elección, herencia o descarte, a trabajar para una alianza con este sector,
o cómo nuestro laburo de años podría concretarse en una unión con el PRO o el
peronismo disidente.
Empiezan
a surgirnos interrogantes, dudas e inquietudes. ¿Es nuestro partido uno
conservador o de “derecha”? Firmemente debemos decir que NO. Nuestra querida y
centenaria unión cívica radical nace justamente como un movimiento radical, en
el sentido de erradicar al patriarcado argentino de principios de nuestra
historia, intentando llevar al poder a las clases excluidas y otorgarles a
éstas los derechos que les corresponden, en pos de una sociedad feliz. Creció
de la mano del movimiento reformista universitario, impulsó las primeras
políticas en los derechos sociales, tuvo en su exclusiva autoría la revolución
agraria, emprendió la visionaria empresa de poseer a los recursos naturales
dentro del Estado, extendió la provincias olvidadas de la Patagonia , se peleó con la Iglesia cuando ésta se
interpuso en el camino de los derechos que la sociedad exigía. No tembló cuando
debió denunciar, en lamentables demasiadas oportunidades, a las Fuerzas
Armadas, y menos que menos cuando con la letra pura de la ley debió
enjuiciarla. Es el que sigue luchando por la democratización y libertad de la
actividad sindical.
En
fin, deberíamos escribir miles de hojas de la historia de nuestro querido
partido; pero con estos sucintos hechos trascendentales queda claro que NO
SOMOS CONSERVADORES, NO NACIMOS COMO UN PARTIDO CONSERVADOR, Y NO VAMOS A SER
UN PARTIDO CONSERVADOR. “Que se rompa pero que no se doble”; hemos roto muchas,
muchísimas veces en nuestra historia, y de ello dan sobradas muestras que en
más de cien años de historia sólo llegamos al gobierno del Estado Nacional en
seis oportunidades. Pero en cada una de ellas fue justamente porque la sociedad
vio en nosotros que nuestros principios y valores se mantuvieron intactos, no
se doblaron.
¿Es
el poder en sí mismo el único fin de nuestra UCR?? Claramente NO!!!! Mejor
muestra de que nunca ha sido el poder por el poder mismo una bandera de esta
partido es la vida de Balbín, quien fue líder indiscutido durante cuarenta años
de nuestro partido y nunca llegó a la presidencia, porque lo que nos importa es
la “bandera y no quien lleva el palo”.
¿Es
fundamental y totalmente necesario acercarse a o ganar cada elección?? La UCR nació siendo un partido
auto abstencionista. No está en nuestra raíz el lamento por perder o por no
participar o por no estar en la portada de un sufragio. Sabemos que hoy la
situación ha mutado totalmente a la que se vivía en 1891, pero no debe
olvidarse que nuestra primera meta debe ser trabajar, militar, para que sea
luego el pueblo el que nos lleve legítimamente al poder. No tiene que
interesarnos ganarle al que está en frente pues nuestro partido también
demostró que con sólo esa intención, el camino solo nos llevará al fracaso.
¿Para
qué militamos? ¿Para ganar elecciones de la mano o, peor aun, llevados de las
narices por grupos, personajes o partidos políticos que nada tienen que ver con
nosotros? ¿Y para que luego esas alianzas sean deshechas una vez alcanzado el
poder?
¿Para
tener poder y que nuestro partido no desaparezca?
¿Para
asegurar la renta de algunas personas eternamente?
La
militancia es la concurrencia en una razón particular que apoya a cierto
proyecto en particular. Para ello trabajamos unidos, con un fin en común, aun
muchas veces con disidencias y discusiones, lógicas por la propia esencia del
ser humano.
Somos jóvenes, muchos afiliados luego del
2001, y hoy nos convoca nuestra historia, nuestra doctrina y nuestros valores.
No los hechos, porque nos encontramos con dirigentes que le han soltado la mano
a la historia y a los afiliados radicales, intentando alcanzar el poder sin
fundamento o justificación alguna.
Queremos
trabajar y militar, tenemos vocación de poder, pero sabemos -porque nos lo
enseñó la historia mima de nuestra Unión Cívica Radical- que esa vocación de
poder se construye día a día, que el trabajo es de hormiga, y que si alcanzamos
el poder mañana por una alianza sin sentido alguno, caeremos inexorablemente en
el camino hacia el fracaso.
Tenemos
banderas, las históricas de este partido, expresadas en la construcción de un
sentimiento nacional acompañado del federalismo, la construcción de una
república íntegra, y la justicia social a través de la social democracia.
Tenemos
una historia que nos autoriza moralmente a creer que somos nosotros quienes
podemos brindar mayores respuestas a toda la ciudadanía, en la conquista de los
derechos que garantizarán la igualdad de oportunidades para todos.
Tenemos
gente, y mucha, desbordada de pasión y de necesidad de salir a la calle a
trabajar en la búsqueda una sociedad mejor y más justa.
Y
también tenemos un “modelo” de país que en nueve años de crecimiento
ininterrumpido no ha querido redefinir la distribución de la riqueza, generando
una sociedad de ricos más ricos y los mismos pobres. Un modelo que se basa en
un consumismo que convierte en esclavos a las clases medias y bajas, en donde
la inflación aparece como vedette. Un modelo que ha sostenido su crecimiento a costa
del empobrecimiento de las provincias. Que ha arruinado la educación primaria y
secundaria; que denosta a las clases altas, pero de la que ellos son parte
habiendo generado funcionarios y amigos empresarios que todos los días son
salpicados con denuncias de corrupción; que se autodenomina antimenemista,
nacional y popular, pero que no impugnó ninguna de las leyes de reforma de
Estado y que sigue propugnando al liberalismo.
Porque
tenemos todo eso y más, hoy NOSOTROS NO TRANSAMOS.
Nuestro mejor aporte a este
partido –y con ello a toda la sociedad- es seguir ese camino del arduo pero
enriquecedor trabajo del día a día; es
la manera de mantenernos en pie y con las puertas abiertas, reconstruyendo
nuestra propia identidad.
Es
redescubrir es el sentido de nuestras bandera en la actualidad, pero con esta
nueva sociedad, que es compleja y que debemos rediseñar.
Es
generar los espacios del debate y la discusión, adentro y afuera del partido.
Es crear y ayudar a que surjan y crezcan los nuevos líderes del partido y con
ellos, de nuestra sociedad.
Es trabajar en esa vocación de
poder, pero con el espíritu libre de culpa, porque el día que lo alcancemos
tendremos la convicción de que el esfuerzo empeñado nos llevó por el camino
correcto.
Por
eso, nosotros no transamos, pero seguimos militando.
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