RADICALISMO DE PIE, EL RADICALISMO VUELVE A LAS BASES...

jueves, 17 de septiembre de 2015

Noche de Los Lápices

A 39 años de la “Noche de los Lápices”
Hoy se cumplen 39 años de la “Noche de los Lápices”, cuando un grupo de estudiantes secundarios fueron secuestrados y desaparecidos por la última dictadura militar.
Lejos de la inocencia, vamos a ser sinceros, estos adolescentes, menores de edad, eran responsables y actores de su destino. Algo hicieron. Marcharon y se manifestaron por el Boleto Estudiantil, lo que consideraban un derecho, que hoy a casi cuatro décadas de su desaparición recién se está implementando. Además, tenían una activa participación en los Centros de Estudiantes, estas entidades que están tan difundidas en algunas escuelas, mientras que en otras son una mala palabra para los padres, los profesores y ¡hasta los alumnos!
Es en honor a ellos que se conmemora el Día de los Derechos del Estudiante Secundario. Desde la Juventud Radical de Lomas de Zamora queremos recordarlos con toda la vehemencia que su causa, acción y desaparición representa. Son un recuerdo doloroso de un tiempo oscuro para la historia argentina, pero que sin embargo sigue marcándonos constantemente. El Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios, no solamente debe servir para recordar un hecho trágico. Sino para que también reflexionemos y nos replanteemos una y otra vez, cual es el rol del estudiante en la escuela de la Argentina democrática.
Luego de la primavera política que represento el retorno de las libertades constitucionales, poco ha cambiado desde esos años de plomo y el “No te metas” que sigue calando hondo entre los estudiantes. El movimiento estudiantil, tuvo sus altibajos y sin embargo sigue prendiendo entre algunos jóvenes que en los contextos más disimiles y adversos, se atreven a levantar las banderas de sus derechos intentando generar proyectos y formar espacios de participación, como los Centros de Estudiantes. A otros estudiantes, por el contrario, los Centros los agobian y su participación se ve opacada por el alto grado politización que suelen tener estas entidades.
A pesar de todo, no se puede subestimar la importancia que los Centros de Estudiantes deberían tener en los niveles medios de educación. Después de todo, es aquí donde de niños se forman adultos que deberán enfrentar las problemáticas del futuro.
En un contexto de desencanto generalizado con la política, los Centros deberían ser uno de los primeros espacios de participación cívica del ciudadano, aprendiendo las aptitudes necesarias para poder vivir en democracia. Porque la democracia no consiste solamente en ir a votar cada dos años, es una realidad que se construye todo el tiempo, y donde el ciudadano debe ser participe. Un alumno consiente, un Centro de Estudiantes que funcione, un cuerpo docente que apoye y de lugar a las iniciativas de sus estudiantes, constituyen la mejor manera de que la política vuelva a su cauce, que la ciudadanía se dé cuenta que es SU espacio de participación, sin esperar a que las cosas se solucionen. Porque no se van a solucionar, sin ciudadanos comprometidos, que se involucren en su realidad y que busquen sacar lo mejor de sí para enfrentar lo que viene con las mejores herramientas. La política, no es más que eso un medio transformador de realidades, destructor y constructor de paradigmas.
Es por todo esto, que queremos invitar a los estudiantes a reflexionar, a que revean donde están parados y animarlos a cuestionar, a innovar y plantear las cosas que consideren que deban estar mejor. A que formen Centros de Estudiantes, para poder debatir en un ámbito democrático institucional. Las instituciones no hacen más simplificar y canalizar reclamos que son de la sociedad y están formadas por personas.
Porque la democracia requiere de ciudadanos comprometidos, pero que antes de ser ciudadanos sean estudiantes. Porque toda realidad es transformable, no importa lo que te digan, solamente requiere de voluntad de cambio. Por aquellos jóvenes que perdieron la vida. Porque si no te metes, no te quejes después de una situación de la que sos cómplice, así de fácil. Recordemos la tragedia y comprometámonos a no permitir que pase de nuevo. Los valores democráticos deben seguir construyéndose. Mientras tanto, que los lápices sigan escribiendo…

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