Adherimos a lo expresado por la JR Nacional. Esperamos que el Ejecutivo Nacional revea el DNU 52/2017.
A su vez, que revea también la decisión de dictar Decretos de Necesidad y Urgencia cuando no se dan las condiciones establecidas en el Art. 99 inc. 3 Párr. 2° de la CN, pudiendo convocar a sesiones extraordinarias para tratar una agenda conforme los Arts. 63 y 99 inc. 9.
Es necesario no reiterar conductas que se repudiaban correctamente del oficialismo anterior, y ser sumamente respetuoso de la Constitución Nacional
RADICALISMO DE PIE, EL RADICALISMO VUELVE A LAS BASES...
miércoles, 25 de enero de 2017
sábado, 7 de enero de 2017
¿Tu quoque UCR?
La contradicción fundamental a través
del conflicto con el Conicet a un año de gobierno de Cambiemos
El 22 de noviembre de 2015, muchos radicales pensaron que
habían triunfado de nuevo. Habían cerrado un acuerdo electoral que lograra
desalojar del poder al PJ mentiroso por cuarta vez en la historia. La REPUBLICA
había triunfado sobre el populismo, y todos los sacrificios realizados por la
bravía UCR habían resultado una vez más. En el fervor del momento, se
confirmaba que la contradicción fundamental se había resuelto de nuevo, la
balanza se había equilibrado de nuevo, y nuestro partido había tenido
nuevamente un rol protagónico. Las fuerzas populares lograban de nuevo el
control de sus destinos, frente al populismo falaz y descreído que buscaba
perpetuarse en el poder en beneficio de unos pocos. [1]
Poco más de 13 meses después, nos debemos un análisis más
detallado. Hay cosas que no quedan del todo claras.
La toma del Ministerio de Ciencia y Tecnología por parte de
becarios e investigadores que iban a ser ajustados (por no decir expulsados)
del Conicet fue uno de los temas que (si bien en principio no gozo de una
cobertura mediática plena) termino siendo protagonista de este diciembre tan
conflictivo como los venimos acostumbrados en los últimos años. A un año de
gobierno de Cambiemos, presenta características que ya son regulares en este
proceso político. Con el diario del lunes y el conflicto en stand by[2], lo que es evidente
nuevamente que se trató de un nuevo avance y retroceso de parte del Poder
Ejecutivo[3]. Luego de intentar desafectar
a 489 de los 874 científicos que fueron recomendados para ingresar a la carrera
de investigador, toma del ministerio y una destacable presión de la opinión
publica de por medio, se resolvió su incorporación por un año, con la condición
de que durante el año se inicie el proceso para ubicar a estos científicos en
organismos descentralizados e incluso en el sector privado concluido este
periodo.
Por eso hay que
resaltar que el conflicto no esta resuelto, sino que se incorporo a la norma de
funcionamiento de la administración nacional.[4]Con la particularidad de que,
en este caso, la herencia recibida pareciera estar ordenada, positiva. Tanto que,
en los albores de la campaña del ballotage, el entonces candidato Macri prometió
“duplicar la inversión en ciencia y tecnología”[5] y “mantener el compromiso con la investigación y ponerla al servicio del desarrollo del país:
aplicar todo el conocimiento generado para crear más empleo, más tecnología
propia. Queremos acercarla a la sociedad para mejorar la forma en la que viven
los argentinos”[6]. A priori este compromiso pareció confirmarse una vez
ungido presidente, con la confirmación en el Ministerio de Ciencia, Tecnología
e Innovación Productiva del ministro kirchnerista, Lino Barañao. Si se miran
los datos del periodo 2003-2015 se entiende el impulso de esta decisión que en
su momento parecía ser un pequeño corral de distención en el medio de una
transición complicada.[7]
El Conicet paso de tener 3.500
investigadores y 2.200 becarios en 2003; a 9.200 investigadores y 10.000
becarios a fines de 2015[8]. Hecho
objetivo. Este incremento no fue magia, y no es por darle inútilmente la
derecha al kirchnerismo, sino que fue fruto de un verdadero esfuerzo impulsado
por el Estado Nacional de fomentar el desarrollo de las ciencias básicas. La
creación del misterio de Barañao, las políticas de repatriación de científicos,
maduraron en el Plan Argentina Innovadora 2020, que proponía un incremento del
10% anual en los investigadores del Conicet cuando fue lanzado en el año 2013.[9]
Hay que mencionar algunas cuestiones de
carácter político que condicionan seriamente el accionar del gobierno. El
primero tiene que ver con su ascenso al poder, fruto de una heterogénea alianza
electoral transitoria que los radicales decidimos en nuestra última Convención
Nacional. Por otro lado, el fuerte condicionamiento al que el gobierno se ve
sometido al no poseer mayorías propias en el Poder Legislativo. Por último, la
existencia de organizaciones sociales que no presentan un carácter “político”
tradicional, sino que gozan de representatividad por fuera del sistema de
partidos (clubes, ONGs, asociaciones civiles, etc.). En este contexto, donde el
poder y la representatividad esta atomizado, el gobierno debe negociar para
poder implementar su programa, que de por si se presentó impreciso en la
campaña. El rol de nuestro partido sigue sin estar del todo claro, y la idea de
una “coalición” de gobierno no deja de ser más que una idea imperfecta en el
funcionamiento real del gobierno, como analiza nuestro amigo Santiago Leiras[10].
El conflicto con la ciencia se mueve en estos
parámetros. Se parte de una base que cuenta con elevado consenso social, y que
amagaba a consolidarse efectivamente a través de ciertas medidas tomadas como
la confirmación de Barañao en su ministerio; además de medidas promovidas desde
sectores del radicalismo orientadas a coordinar e incrementar la investigación en
las universidades nacionales[11]. Pero
que pocos correlatos tuvieron en presupuesto.
Más allá
de un incremento de lo que parece mucho pero no lo es tanto considerando que la
base era irrisoria: del 1000% para investigaciones universitarias[12]; el
cierre del 2016 estuvo marcado por la conflictividad en el sector de educación,
ciencia y tecnología, y culminó con una reducción de los fondos destinados al
Ministerio de Ciencia y Tecnología que paso representar un 0,59 por ciento del
presupuesto (cuando oscilo entre el 0,7 y el 0,8 entre 2009 y 2016 y Macri
había prometido duplicarlo)[13]. Esta
reducción representó además para el Conicet un recorte del 60% de los fondos
destinados al ingreso de los 874 nuevos investigadores que representaban el 10%
interanual.
Vamos a hacer un punto y aparte ahora, porque
es evidente, a partir de los datos que presentamos que no queda claro el móvil.
Vamos a tratar de explorar algunas líneas que puedan echar un poco de luz o por
lo menos pensar con nuevas perspectivas esta problemática.
La respuesta de Barañao frente a la comunidad
científica y la opinión pública fue que ningún país con 30 por ciento de pobres
aumenta el número de investigadores. [14]
Promesa bandera de la campaña de Cambiemos:
devolver la trasparencia al Estado y sincerar las estadísticas. Efectivamente
reconocemos que hay un 30 por ciento de pobreza, que puntos más, puntos menos, argumentamos
que se mantuvo desde la estabilización post-crisis del 2001. Pero esos pobres,
aunque los números oficiales no los contaran, eran evidentes por otros medios
estadísticos, y los índices de la UCA y el Congreso por ejemplo durante todo el
periodo kirchnerista. Evidentemente no pasa por ahí señor Ministro.
La Federación Universitaria Argentina comienza
su comunicado acerca de estos recortes con una célebre frase del premio nobel
en Medicina, Bernardo Houssay: “Los países ricos lo son porque dedican dinero
al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo
porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia.” [15]Países
como Estados Unidos, que invierte el 2, 7%, pero también como China (2,1),
Corea del Sur (4, 3), o Brasil (1,5)[16].
Es decir, no hay que tener bajos índices de pobreza para invertir, e incluso más,
para salir de la pobreza hay que invertir en ciencia y tecnología. Porque Corea
del Sur, China O Brasil no arrancaron mejor que la Argentina.
Pero entonces, ¿para dónde
va el gobierno de Cambiemos? Parece haber una contradicción entre el discurso y
los hechos concretos en el último año de gobierno. Cuando en el último tramo de
campaña se intentó relacionar al macrismo con el ideario frondizista, el
duplicar la inversión en ciencia y tecnología resultaba lógico en ese encuadre;
acompañado además por el Radicalismo y su historia de compromiso con las
instituciones y las libertades públicas.
Un proyecto desarrollista
implicaría según sus postulados básicos la búsqueda de aumentar la producción
agrícola. (Objetivo que se pretende impulsar a través de la quita de
retenciones a las exportaciones). Pero justamente, la necesidad de retenciones
para que el estado capitalice ese incremento de la productividad y pueda ser
reinvertido en desarrollo industrial. Mas industria implica más mercado
interno, más consumo y más maquinarias agrícolas, que contribuirían a mecanizar
el gran latifundio argentino, y aumentar la productividad en un circulo
virtuoso. [17]
No es lo que está sucediendo
tampoco.
La fórmula para bajar la
inflación parece consistir en frenar el consumo. Lo cual, junto con un sistema
de impuestos regresivo, sobre el consumo, logra que las cosas bajen de precio
por falta de demanda básicamente. Falta de demanda, retracción del mercado
interno en consecuencia, porque la gente tiene menos dinero que gastar y la
industria frenada menos trabajo que ofrecer. Es justamente el caso inverso, un
círculo vicioso. El argumento es similar al del menemismo
sobre la sobredimensión del estado y la ineficiencia, y los usados por el Fondo
Monetario Internacional en su fórmula para pagar lo que se debe, como si la macroeconomía
funcionase como una economía familiar. “Le hiciste
creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al
exterior (…) eso no era normal, no digo si era bueno o malo, por supuesto que
era bueno, pero no era sostenible".[18]
Pero ese no sería el problema, ni de ninguna
manera vamos a justificar que el poder adquisitivo del sueldo haga a la
dignidad humana, como se ofusca en sostener el peronismo, con diatribas que
mutando a lo largo del tiempo mantienen las características básicas del
corporativismo y la contención de reivindicaciones sociales mayores. El
problema está más bien en la inspiración de esas políticas, que escapan a un
mero proyecto de una alianza de partidos gobernantes.
Volvamos de nuevo sobre el Conicet. El consejo
fue creado por inspiración del doctor Houssay en 1958, con el objetivo de “organizar
y fortalecer la investigación en las universidades –aumentar la dotación de docentes- investigadores a tiempo completo de
aquellas “personas que hayan mostrado capacidad en la realización de
investigaciones y en la formación de discípulos”– y promover estándares
internacionales de calidad para la producción científica, además de criterios
para la asignación de recursos”[19] y durante
la década del 60 y los gobiernos de Frondizi e Illia se fortaleció. Como muchas
de las instituciones de este periodo caracterizado por un estado fuerte e
interventor, comenzó a padecer a partir de la dictadura de la “Revolución
Argentina” y finalmente a partir de los postulados económicos de la última
dictadura, un primer experimento de la ideología neoliberal.[20] Un
modelo monetarista no requiere de investigación para una economía que debe
aprovechar sus ventajas comparativas para sacar ventajas. En este caso, la
ventaja es el agro, desde siempre. Aprovechar la riqueza del suelo pampeano y
el problema de la inestabilidad política, que la dictadura vino a terminar de
una vez por todas. Los grupos conservadores de siempre buscando imponer su
hegemonía por la fuerza reorganizando la sociedad a los valores de la
generación del 80 y reestableciendo de una vez por todas el dominio hegemónico
de los capitales concentrados[21].
Son los tiempos de la Junta Coordinadora
Nacional y la contradicción fundamental[22]. Con la
restauración democrática y la caída del gobierno de Alfonsín, fracasa el último
intento de perpetuar el estado de bienestar del periodo anterior. [23] Fracasó
en su intento de mejorar nuevamente la interrelación entre el Conicet y las universidades.
Pero se fomentan las ciencias sociales, creándose la facultad de ciencias
sociales de la UBA en 1988.
Este último dato no es menor, porque son las
ciencias sociales las que permiten estudiar las consecuencias de los cambios de
los procesos económicos y represento una actualización importante y necesaria
para la formación de conocimiento en la Universidad de Buenos Aires. Es
destacable también que en el marco del conflicto de la última semana de
diciembre del año pasado,se haya hecho tanto hincapié en las investigaciones
absurdas que el órgano elefantiásico como el Conicet estaba financiando.[24] Tal es
así que el 40 por ciento de los 489 becarios que estaban quedando afuera, eran
del área de las ciencias sociales.
El Conicet está integrado de manera
proporcional por científicos de cuatro grandes áreas: Ciencias agrarias,
ingeniería y materiales; ciencias biológicas y de la salud; ciencias exactas y
naturales; y ciencias sociales y humanas.
Por tanto, que el recorte sea tan desproporcionado da un indicador del
rumbo que se esta tomando. Otras de las joyas neoliberales de la moderación y
la racionalidad: el pragmatismo y el ataque a la estructura onerosa del estado
de bienestar, que lleva a fuertes demandas políticas al estar la sociedad
empoderada en su conjunto. De la familia del hay que pagar lo que se debe a
niveles macroeconómicos (aunque la deuda sea ilegitima), esta también él hay
que laburar para comer y si se quiere comer hay que laburar y si no resignarse,
porque siempre está la chance hacer alguna actividad económica.
Otra de las promesas de campaña: una gestión
eficiente, que mejore la productividad y cortar con la joda populista.
Popularmente sintetizado como echar a los ñoquis, no mantener vagos y mandarlos
a agarrar la pala porque no quieren laburar. Ellos, los otros. Que viven del
estado sin laburar y sin pretenderlo porque la pobreza es una cuestión cultural
y nadie le enseño los valores del trabajo.
Entonces más o menos queda claro para donde se está
yendo. Más allá de las meras cuestiones coyunturales, las medidas tomadas y los
discursos de eficiencia dan un claro cuadro que tiende a una concepción más allá
de todo que no es monetarista, pero que entiende a la sociedad en términos
conservadores. No se vuelve a un estado neoliberal como el planteado en el consenso
de Washington (y sobre el que el gobierno del Frente para la Victoria no planteo
un giro a la izquierda). El contexto internacional no lo permitiría, con el
mismo FMI reconociendo que sus políticas de ajuste fueron erradas en cálculos.
Sin embargo, los índices de desigualdad y de concentración de la riqueza se
siguen profundizando como viene ocurriendo desde la reestructuración del
capitalismo a nivel mundial a fines de los años 70[25].
En este contexto, la duda que surge es: ¿Estaba
la contradicción fundamental actual en la dicotomía populismo o República? No
vamos entrar en la polémica acerca de si elegimos bien o mal la vereda, o si
capaz que la vereda del pueblo era la otra, sino que queremos sentar las bases
para discutir nuevamente este tema. Los indicadores del kirchnerismo muestran
que se estuvo más cerca del difamado derrame que otra cosa[26].
¿Pasaba entonces la contradicción por prácticas del sistema político? ¿Y si más
bien tiene que ver con la implementación y difusión de una ideología que
amenaza con transformarse en hegemónica? ¿Alfonsín no dijo que el limite era la
derecha representada en Macri?
Dejamos abierto el debate, porque vamos a
sostener que la contradicción fundamental no pasa por un gobierno o una
práctica política, sino por un proceso económico sostenido desde hace 27 años
ininterrumpidos en la Argentina, que trasciende partidos. Hacia ese cambio
debemos orientar nuestro accionar, por un país más libre, más equitativo y más
desarrollado.
[1] http://www.historiaydoctrinadelaucr.com/2010/12/la-contradiccion-fundamental-por-la.html
[2] http://www.clarin.com/politica/Conicet-prorrogan-becas-cientificos-levantan_0_1710429090.html
[3] http://juliogambina.blogspot.com.ar/2016/12/primerear-para-negociar-como-mecanismo.html
[4]
Ídem.
[5]https://www.facebook.com/mauriciomacri/photos/a.105382683477.113835.55432788477/10153753997658478/?type=3&theater
[6]
Ídem
[7] Es
destacable el hecho de que Barañao incluso afirmara haberle preguntado a
Cristina antes de aceptar el ofrecimiento del presidente electo.
[8] http://www.revistaanfibia.com/ensayo/ciencia-para-que/
[9]Ídem
[10] http://www.noticiaselectorales.com/argentina-un-ano-de-cambiemos-en-argentina-sus-desafios-como-coalicion-de-gobierno/
[11] https://www.facebook.com/FederacionUniversitariaArgentina/posts/10154118957419327:0
[12] Idem
[13]
http://www.perfil.com/ciencia/cientificos-en-alerta-por-el-peligro-de-recorte-en-el-presupuesto-2017.phtml
[14] http://www.perfil.com/politica/baranao-ningun-pais-con-30-de-pobres-aumenta-la-cantidad-de-investigadores.phtml
[15]https://www.facebook.com/FederacionUniversitariaArgentina/posts/10154118957419327:0
[16]
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/ciencia-para-que/
[17]
Rofman A. y Romero, L.A: “Sistema socio-económico y estructura regional
argentina”. Amorrortu. Buenos Aires, 1997.
[18] http://www.clarin.com/politica/gonzalez-fraga-empleado-celulares-exterior_0_NyPtcLW7b.html
[19] http://www.revistaanfibia.com/ensayo/ciencia-para-que/
[20]
Adamucci, Romina y Viegas, Viviaa, “La dictadura militar argentina 1976-1983 la
implementación del modelo de valorización financiera y el terrorismo de estado”
[21]
Quiroga, Hugo, “Estado, crisis económica y poder militar (1880-1981)”, Centro
Editor America Latina. Buenos Aires, 1985
[22] http://www.historiaydoctrinadelaucr.com/2010/12/la-contradiccion-fundamental-por-la.html
[23]
Rofman A. y Romero, L.A: “Sistema socio-economico y estructura regional
argentina”. Amorrortu. Buenos Aires, 1997.
[24] http://www.clarin.com/sociedad/recorte-conicet-polemica-investigaciones-star-wars-anteojito-rey-leon_0_ryqI_wt4e.html
[25]
Op cit, Pita, Fernando, “Breve reseña sobre el neoliberalismo”. Material de
Cátedra. Mimeo 2014.
[26]
Leiras, Santiago, “America del Sur en los comienzos del nuevo milenio”, Eudeba,
Buenos Aires, 2015
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